miércoles, 13 de junio de 2012

Le God.

Le llegó de un patadón, como todos los que le llegaban. El balón le quedó en la espalda. Ningún problema, con un taconazo se hizo un autosombrero y ya tenía el balón delante. Primer toque. Pero tenía a un defensor delante. Con el balón todavía en el aire, se lo adelantó y con un acelerón pasó al defensa. Segundo Toque. Otro defensa que superar. No problem. Picó el balón y lo superó con un sombrero. Tercer Toque. Sólo quedaba el portero. Antes que el balón tocara de nuevo al suelo, disparó a puerta. Cuarto toque. Gol.

En el mismo partido le llegó el balón de un rechace bastante lejos en la frontal del aérea, muy alto para controlarlo con el pie. Pero hay otros recursos. Un leve toque de rodilla para amortiguarlo y luego una volea. A la escuadra. Sin despeinarse.

¿Quién es el autor de estos goles? ¿Maradona? ¿Pelé? ¿O son más reciente? ¿Messi, quizás? No. Matthew Le Tissier. Quizás el mejor jugador del mundo en la primera mitad de los noventa.

¿Quién?

Es posible que, de verlo por la calle en su etapa de futbolista, nunca habría acertado nadie a primera vista que se dedicara eso. Su figura larga y delgada de sus primeros años fueron dejando paso poco a poco a una nada disimulada barriga. Su cara es la típica que puede ver en Benidorm en cualquier bar de guiris. Pues no me suena ¿Donde jugó? ¿United, Liverpool? No. Southampton. Y nunca conoció otro club.

¿El mejor del mundo, dices, y pasó toda su vida en un club de segunda fila?

Sí. A lo largo de su carrera tuvo ofertas muy considerables de Manchester United, Liverpool, Totenham, Chelsea, donde habría ganado más dinero y habría sido más conocido. Pero las rechazó todas ¿Por qué?

Dejemos que Matthew Le Tissier en persona responda.

"Era feliz en Southampton ¿Por qué cambiar? No estamos en esta vida por mucho tiempo, pero sí para pasar un buen rato."

Era feliz en un club cuya máxima aspiración era evitar el descenso. Y si conseguían mantenerse en la Premier era única y exclusivamente gracias a él. Los esfuerzos de la directiva de crear un equipo competitivo alrededor de Matt fracasaron porque nunca podían retener a los jugadores que fichaban y que conseguían destacar. Alan Shearer fue quizás el compañero más famoso que tuvo Le Tissier, y se marchó a Blackburn Rovers -donde ganó una liga- en cuanto tuvo ocasión. Así que sólo quedaba Matt. Lo que tenía como consecuencia que la afición le adoraba. "He is God, Le God", le cantaban. Si te consideran el dios ¿Por qué cambiar?

Festero, amante de la cerveza, aunque no a los extremos que llegaron otros astros británicos de la época, habría encajado bien en el Drink Team, esa fantástica selección inglesa de los noventa repleta de alcohólicos y cocainómanos. Sin embargo, nunca fue un fijo en la selección y sólo disputó ocho encuentros. Coincidir con Gascoigne, Merson o Platt le perjudicó. Y además, no era tan feliz allí como en casa. Era demasiado joven para Italia 90, en USA 94 la selección inglesa entró en un proceso autodestructivo y no fue capaz de clasificarse, y en Francia 98 estuvo a punto de ser convocado por Glenn Hoddle, pero sus mejores años ya habían pasado.

Disputó, entre liga, copa y copa de la liga exactamente 528 partidos defendiendo a los Saints, anotando  201 goles. Su mejor etapa fue, como suele pasar, cuando todavía no tenía barriga: de la temporada 89/90 hasta la 94/95. En esas seis temporadas anotó nada menos que 96 goles. Lanzó 50 penaltys...y marcó 49. Mark Crossley, del Nottingham Forest, tiene el honor de ser el único portero capaz de pararle un penalty en 16 temporadas en la Premier League.

No he visto nunca a un jugador marcando goles como lo hacía Le God. Juzguen Vds.




3 comentarios:

  1. Gran artículo, reconozco que tiene una cara muy común, podría haberme topado con algún clon suyo en Benidorm o en el Gran Alacant sin dificultades.

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  2. Mark Crossley: Nottingham Forest

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