martes, 26 de junio de 2012

Cine aleatorio

"Nadie les recuerda. Y nunca, ninguna calle miserable, de ningún pueblo miserable, de ninguna mierda de país llevará su nombre." Soldados de Salamina.






Gran parte de la magia de Local Hero se debe a la banda sonora que compuso Mark Knopfler, que captó y reforzó la atmósfera y el espíritu de la pelícual. Es imposible separar a los habitantes del pueblo de Ferness, excéntricos y entrañables, de la canción Going Home que se convirtió en tema obligado en los conciertos de Dire Straits.





Es difícil elegir una película, una escena, un momento de entre todas las películas, escenas memorables y momentos mágicos que nos ha regalado Clint Eastwood. Por eso voy a pasar esa responsabilidad al grupo mallorquín Antònia Font.



Siempre tenemos las películas de superación, donde un héroe empezando de la nada a base de esfuerzo consigue su objetivo, ya sea la chica, el campeonato del mundo de boxeo o ambas cosas. Y luego tenemos las películas de fracasados que fracasan. The Commitments es una de ellas; la historia de un grupo de soul irlandés que no llega a ninguna parte. En el camino interpretan joyas como este Try a Little Tenderness que en su día formó parte del repertorio de monstruos como Otis Redding, Aretha Franklin o Sam Cooke. Y no les quedó nada mal.



Espero que hayan pasado un día perfecto.

Gracias por sintonizar PepeMusic FM y no dejen de ver buen cine.




Viaje al infierno

"Dejad los que aquí entráis toda esperanza" rezaba en la puerta del infierno según Dante. AC/DC entró en su propio infierno dejando toda esperanza cuando Bon Scott murió ahogado por su propio vómito tras una noche de borrachera. Muchos dieron por acabados a AC/DC. Incluso ellos mismos pensaron en dejarlo. Excepto Angus, claro, que fue el que más insistió en seguir y en buscar a un nuevo cantante. Lo encontraron. Y volvieron de negro. Y de negro entraron al infierno en busca de Beatriz.




Ningún viaje al infierno puede realizarse sin un guía. Dante tuvo como guía a Virgilio en esa travesía; nosotros tenemos a Bon Scott. Con Caronte ya jubilado, ahora se accede al infierno por una autopista.







Bon Scott nos ha llevado al segundo círculo y se ha ido detrás de unos matorrales con Helena de Troya, y nos ha dejado a merced de los vientos y las tormentas que nos arrastran sin rumbo...




Finalmente volvió, y acabamos en el séptimo círculo, perseguidos por Quirón y sus centauros que nos lanzan flechas y...


Finalmente, el nóveno círculo. Ni rastro de Beatriz, que citando al otro Quirón, estará follando con el diablo mientras suenan...


Pero no importa. Lo importante es el camino. Y caer, levantarse, insistir, volver a caer, volver a levantarse, seguir insitiendo. La vida.

En PepeMusicFM.

Pepe Music FM Returns!

Aunque no se lo crean este blog nació con vocación musical. De hecho, la intención original era hacer algo parecido a lo que estaba haciendo en facebook poniendo vídeos y contando historias por las que era invariablemente abucheado por el respetable, pero la vida me llevó por otro camino. Como aquí no hay respetable, ya que el sólo hecho de leerme le priva de esa condición, voy a iniciar una serie con la música que puse allí, no sea que un día se haga de pago. Que me lo han dicho en muro.

El día que Turing no superó el test de Turing.

El Test de Turing normal es muy conocido. Vamos, eso de que un tipo les pasa preguntas a un humano y un ordenador y descubrir, por sus respuestas, quién es el humano y quién es el ordenador. Si no consigue distinguirlos, el ordenador gana. Hasta ahora ninguna máquina ha pasado el test de Turing, y no se espera que lo haga hasta, como pronto, la tercera década de este siglo.

No, no es cosa fácil, y mucho menos en los años 50 cuando fue formulada. Pero con el nacimiento de los ordenadores estalló la fiebre de la inteligencia artificial, y no sólo en el campo de la conversación. Los programadores de la época se empeñaron en demostrar que una máquina podía hacer las cosas mejor que un humano, y para demostrarlo no pocos de ellos eligieron el ajedrez.

Los comienzos no fueron muy halagüeños. El primer intento real fue en Los Alamos, el lugar de nacimiento de la bomba atómica, que en el año 1956 albergaba un ordenador llamado Maniac I que de haber existido la lista Top500 de supercomputadores en la época habría ocupado fácilmente el primer lugar. Sin embargo, este maquinón estaba muy lejos de poder calcular con solvencia en una partida de ajedrez con las reglas estándar, así que diseñaron una variante más pequeña del ajedrez para que pudiera jugar. Un tablero de 6x6 casillas sin alfiles.

Este ser antediluviano jugó tres partidas contra humanos. La primera perdió rápidamente contra uno de los programadores. La segunda recibió dama de ventaja y volvió a perder con estrépito. Había que salvar el honor como fuera. Llamaron a una secretaria cuyo nombre no he sido capaz de encontrar. Como no sabía jugar al ajedrez, le explicaron apresuradamente las reglas y la pusieron a jugar. La máquina, esta vez sí, ganó. Fue la primera vez que un ordenador ganó a un humano.

Aún así, hay un intento anterior de duelo hombre contra máquina, aunque no real. Coincidiendo con el fin de II Guerra Mundial el Turing del principio de la entrada escribió un programa de ajedrez. Que no existiera ninguna máquina donde hacer correr este programa no le preocupaba los más mínimo: sabía que iban a llegar en breve. Sí, como si fuera Sheldon Cooper.

Pero quería probarlo. Así que llamó a un colega suyo y se pusieron a jugar.Turing no jugaría según su criterio, jugaría según el programa que había escrito. Cada vez que su colega jugaba, Turing se ponía a calcular la respuesta siguiendo sus propios algoritmos, en lo que invertía casi una hora por movimiento. Una CPU humana. Con un juego mecánico y previsible la "Máquina de Papel" de Turing perdió la partida.

Alan Turing no pasó su propio test.

miércoles, 13 de junio de 2012

Le God.

Le llegó de un patadón, como todos los que le llegaban. El balón le quedó en la espalda. Ningún problema, con un taconazo se hizo un autosombrero y ya tenía el balón delante. Primer toque. Pero tenía a un defensor delante. Con el balón todavía en el aire, se lo adelantó y con un acelerón pasó al defensa. Segundo Toque. Otro defensa que superar. No problem. Picó el balón y lo superó con un sombrero. Tercer Toque. Sólo quedaba el portero. Antes que el balón tocara de nuevo al suelo, disparó a puerta. Cuarto toque. Gol.

En el mismo partido le llegó el balón de un rechace bastante lejos en la frontal del aérea, muy alto para controlarlo con el pie. Pero hay otros recursos. Un leve toque de rodilla para amortiguarlo y luego una volea. A la escuadra. Sin despeinarse.

¿Quién es el autor de estos goles? ¿Maradona? ¿Pelé? ¿O son más reciente? ¿Messi, quizás? No. Matthew Le Tissier. Quizás el mejor jugador del mundo en la primera mitad de los noventa.

¿Quién?

Es posible que, de verlo por la calle en su etapa de futbolista, nunca habría acertado nadie a primera vista que se dedicara eso. Su figura larga y delgada de sus primeros años fueron dejando paso poco a poco a una nada disimulada barriga. Su cara es la típica que puede ver en Benidorm en cualquier bar de guiris. Pues no me suena ¿Donde jugó? ¿United, Liverpool? No. Southampton. Y nunca conoció otro club.

¿El mejor del mundo, dices, y pasó toda su vida en un club de segunda fila?

Sí. A lo largo de su carrera tuvo ofertas muy considerables de Manchester United, Liverpool, Totenham, Chelsea, donde habría ganado más dinero y habría sido más conocido. Pero las rechazó todas ¿Por qué?

Dejemos que Matthew Le Tissier en persona responda.

"Era feliz en Southampton ¿Por qué cambiar? No estamos en esta vida por mucho tiempo, pero sí para pasar un buen rato."

Era feliz en un club cuya máxima aspiración era evitar el descenso. Y si conseguían mantenerse en la Premier era única y exclusivamente gracias a él. Los esfuerzos de la directiva de crear un equipo competitivo alrededor de Matt fracasaron porque nunca podían retener a los jugadores que fichaban y que conseguían destacar. Alan Shearer fue quizás el compañero más famoso que tuvo Le Tissier, y se marchó a Blackburn Rovers -donde ganó una liga- en cuanto tuvo ocasión. Así que sólo quedaba Matt. Lo que tenía como consecuencia que la afición le adoraba. "He is God, Le God", le cantaban. Si te consideran el dios ¿Por qué cambiar?

Festero, amante de la cerveza, aunque no a los extremos que llegaron otros astros británicos de la época, habría encajado bien en el Drink Team, esa fantástica selección inglesa de los noventa repleta de alcohólicos y cocainómanos. Sin embargo, nunca fue un fijo en la selección y sólo disputó ocho encuentros. Coincidir con Gascoigne, Merson o Platt le perjudicó. Y además, no era tan feliz allí como en casa. Era demasiado joven para Italia 90, en USA 94 la selección inglesa entró en un proceso autodestructivo y no fue capaz de clasificarse, y en Francia 98 estuvo a punto de ser convocado por Glenn Hoddle, pero sus mejores años ya habían pasado.

Disputó, entre liga, copa y copa de la liga exactamente 528 partidos defendiendo a los Saints, anotando  201 goles. Su mejor etapa fue, como suele pasar, cuando todavía no tenía barriga: de la temporada 89/90 hasta la 94/95. En esas seis temporadas anotó nada menos que 96 goles. Lanzó 50 penaltys...y marcó 49. Mark Crossley, del Nottingham Forest, tiene el honor de ser el único portero capaz de pararle un penalty en 16 temporadas en la Premier League.

No he visto nunca a un jugador marcando goles como lo hacía Le God. Juzguen Vds.




lunes, 11 de junio de 2012

Ruslan

Ya está. Vasily Ivanchuk acaba de derrotar al mejor, a su bestia negra, al mejor, a Vishwanathan Anand. Es ya campeón del mundo. Bueno, falta un tecnicismo. Lo ha derrotado en semifinales. Falta la final. No hay problema. El otro finalista es un chaval de 18 años llamado Ruslan Ponomariov, ucraniano como él, y con cara de vampiro.

Y empizan a jugar, cosa hecha. Kasparov pronostica un 6-0 para Ivanchuk, dice que Ruslan ha llegado a la final de chiripa y que no pertenece a la élite. Pero, de repente, la cosa no va bien para Vasily. Pese a contar con el favor de Dios Kasparov, pierde la primera partida. Y también los nervios cuando ve a Veselin Topalov, en ese momento número seis del mundo, como entrenador de Ruslan. Bien es cierto que no era un secreto y que se anunció tiempo atrás con rueda de prensa y todo, pero Vasily no lo creyó. Pensó que era una treta psicológica y no lo creyó. De repente, le quedó claro que el chaval no se iba a asustar. Va a por él. Se había preparado para ganarle. Uno de sus mayores rivales, el búlgaro Topalov, le había enseñado a ganarle, le había enseñado sus puntos débiles en sus aperturas, y vaya si Ruslan iba a sacar partido de esas incontables horas de entrenamiento. Tras tres tablas, Ruslan gana la quinta y tras entablar la sexta se proclama campeón del mundo.

Jamás la proclamación de un nuevo campeón del mundo de ajedrez había cabreado a tanta gente. Kasparov lo despreció: "No lo he visto nunca. Podría sentarse a mi lado y no lo reconocería". Rompió todas las negociaciones con la FIDE para la reunificación del título hasta que le dieran alguien "más comercial". Explicó su triunfo diciendo que " simplemente se dedicó a recoger los puntos después de grandes errores", errores cometidos debidos a "el nuevo control de tiempo". Sin embargo, con "el nuevo control de tiempo", Ponomariov no cometió tales errores. Aunque este punto Kasparov prefirió no mencionarlo.

No se puede decir que el subcampeón del mundo se lo tomara con especial deportividad. Insulta a Ponomariov llamándole "ridículo" y remarcando de nuevo "que no pertenece a la élite". Culpa de su derrota, otra vez, al control de tiempo. Sin embargo, fue el mismo con el que derrotó a Anand y a todos los demás hasta llegar a la final. Pero curiosamente sólo en la final fue un obstáculo.

Ruslan Ponomariov no sólo tiene el récord de campeón del mundo más joven de la historia, también tiene el de campeón del mundo más menospreciado de la historia. Hay una anécdota que lo expresa muy bien. En plena olimpiada de Bled, en Eslovenia, Pono se olvida la acreditación en el hotel y no le dejan entrar en la sala de juego. El segurata, muy educado eso sí, es inflexible y se niega a dejar pasar al chaval. Hasta que alguien de la organización se le acerca y le dice. "Déjale pasar. Es el campeón del mundo".


La otra bomba

La noticia no le pilló de sorpresa. Ya conocía de su existencia desde hace mucho. Toda una ciudad había desaparecido con una sola bomba, y él sabía que no la habían lanzado para terminar una guerra que tenían ganada. No, la lanzaron para intimidarle, para demostrarle quienes eran los poderosos, para doblegarle, para usarla en las negociaciones del reparto del mundo. Él tendría un ejército de doce millones de soldados, el más grande que se había visto jamás, sí, pero dos docenas de bombas y...ese ejército sería desintegrado.

Por eso los llamó. Allí estaban todos, muertos de miedo, delante del padrecito Stalin. Él estaba sentado, detras de su escritorio. Ellos de pie, firmes como soldados. Durante unos minutos el camarada Stalin no dijo nada. Se limitó a escrutar esas caras, a mirarles a los ojos. Finalmente, dijo en voz baja.

-Nos amenazan con una guerra nuclear.

Se levantó de un salto y, gritando, se dirigió hacia uno de ellos.

-¿Y qué tenemos nosotros? ¡Igor Vasilievich Kurchatov, los americanos ya tiene la bomba! ¿Y qué tenemos nosotros? Mejor dicho ¿Que nos ha dado usted? ¡Nada! ¡Absolutamente nada! Lleva tres años trabajando  ¡Y no tiene nada!

-Pe...ro-titubeó Kurchatov-ca...ma...ma...-respiró profundamente- camarada Stalin, hemos hecho progresos y...
-¡No me venga con excusas! Quiero una fecha

Kurchatov sabía que estaba muerto si daba una respuesta incorrecta. Con los recursos que tenían sabía que perfectamente podían tardar una década. Y decir eso era ir directo delante de un pelotón de fusilamiento. Trato de eludir la cuestión.

-Camarada Stalin, si lee los informes...
-¡A la mierda los informes!-le interrumpió. Quiero una fecha.

Kurchatov trató de tomar aire. No pudo.

-¡Quiero una fecha!

Se la jugaría.

-5 años, camarada Stalin.

Dijo con un hilillo de voz, y cerró los ojos esperando lo peor.

Pero Stalin no gritó. Tampoco dijo nada. Volvió a sentarse detrás de su mesa. Cuando Kurchatov abríó los ojos se encontró con los ojos de Stalin, que le miraban detrás de ese escritorio. Pero Stalin estaba en silencio. Sólo miraba. Y Kurchatov no podía apartarse de esa mirada. Estaba aterrorizado. En ese momento se preguntó si se habría meado encima. Estaba tan muerto de miedo que no sentía nada. Sólo tenía esa mirada, la mirada del hombre que le podía condenar a morir a capricho. En ese momento, sintió que nada le pertenecía. Estaba a merced del Zar rojo.

La voz del padrecito volvió a sonar.

-Tiene cinco años, camarada Igor Vasilievich Kurchatov. Pero si en cinco años no tengo mi bomba, le acusaré de traición y sabotaje. Ya sabe lo que significa eso. El camarada Beria se encargará en persona de vigilar sus progresos.Ahora, fuera todos de aquí.

Y todos se marcharon. No moriría nadie aquel día. O al menos, nadie de ese grupo. Tenían cinco años extra de vida.

martes, 5 de junio de 2012

Mr. Trololo

Todos los que me leen, seguro, lo han visto: un señor trajeado que canta trolololó lolo trololo sin perder la sonrisa en ningún momento. Sí, un meme de internet ¿Pero quién es este tío?

Su nombre era Eduard Khil y era natural de Smolensko, en el momento de su nacimiento URSS. Nacido en 1936, tuvo la infancia habitual en esos tiempos y esas tierras: guerra de exterminio, bombardeos, ejecuciones. Evacuado y separado de su madre y vuelto a evacuar según avanzaban los alemanes. Todo en esta vida termina tarde o temprano, y la guerra no es una excepción. Se reencuentra con su madre en plan Marco y se van a vivir a Leningrado, donde estudia en el conservatorio y se pone a cantar por las calles para ganarse unos rublos.

Cuando termina el conservatorio empieza a ir a concursos de canto en plan operación triunfo pero en marxista-leninista y los gana todos, el tío. Incluso va al equivalente del Pacto de Varsovia del festival de Eurovisión (que se llamaba Intervision nada menos) y queda segundo, cosa que no sé si es mucho o poco, pero bueno. El caso es que se hace muy popular, sobre todo en Leningrado y disfruta de una larga carrera cantando. Y para los que se ríen de su jeta que sepan que llegó a casarse con una bailarina cachonda y hasta le llegan a dar una condecoración, nada menos que la Orden de Lenin al Mérito del Trabajo, supongo que  por sus méritos musicales y no por su trabajo con la bailarina.

Su estilo es fácilmente reconocible, y no varía mucho de lo que han visto ustedes. Música alegre y el hombre este cantando con una amplia sonrisa, voz poderosa pero -dicen en Rusia- cálida y también destaca las letras de sus canciones, en general cargadas de optimismo y sentido del humor.

No es el caso de trololó, cuya letra no está cargada de nada. El mérito de las letras no era de Mr. Trololó, que sólo cantaba. Un tal Lev Oshanin escribía las letras, y otro tal Arkadi Ostrovsky escribía la música ¿y como perpetraron esta canción? Bueno, originalmente esta canción versaba sobre un cowboy de Kentucky que regresa al hogar tras un largo día marcando reses, matando indios y esas cosas que hacen los cowboys. Hoy he escuchado, en el telediario de una cadena que no voy a nombrar, que la censura soviética prohibió el tema, pero no es cierto. Periodismo de Kalidad, sí. Pero no fue así.

Lo que sucedió fue que mientras estaban trabajando en el tema al citado letrista le entró un ataque de ego y se atribuyó todo el éxito de Mr. Trololó, diciendo al resto del grupo que el mérito era sólo suyo y que si pusieran a un pavo cualquiera a cantar sin música el éxito sería el mismo. Se le fue la cabeza, en efecto, y como el resto de los implicados no estaba de acuerdo con esta valoración el letrista en cuestión monta en colera, se cabrea, se niega a respirar y a terminar la letra. Sin la letra del último tema que les faltaba para terminar el álbum, con el único que podía escribirla en pleno brote psicótico-megalómano y con unos plazos que cumplir para acabar el disco, cantante y compositor tuvieron que improvisar.

Quedó claro que escribir letras de canciones no era el fuerte de nuestros dos héroes, y de hecho no volvieron a repetir la aventura. La historia acaba bien, terminan el disco y hacen las paces con el letrista loco ese, algo así como la versión rusa de Larry David, y hala, a seguir. La canción esta no pasó de ser una mera canción de relleno por cumplir unos plazos de entrega. Y así siguió hasta 2009, cuando no sé sabe muy bien como la canción se hace popular en youtube y se convierte en el meme que todos conocemos.

E incluso la página web http://trololololololololololo.com/ incluyó durante un tiempo una petición para que Eduard Khil, ya retirado desde hacía mucho, volviera en plan Leonard Cohen e hiciera una gira mundial.

¿Y que dijo Eduard Khil?

Pues tras extrañarse en un principio y decir que no entendía como esa canción pudiera gustar a nadie, se adaptó pronto a su renovada fama y no se puede decir que sufriera por ello. Aunque declinó la invitación de sus nuevos fans, el hombre estaba encantado de volver a firmar autógrafos y hacerse fotos por las calles de, ahora, San Petersburgo.

Y así hasta hoy, día en el que Mr. Trololó nos ha dejado para cantarle a Caronte. Que el viento solar te sea favorable. Como dijeron en Star Trek II cuando muere Spock, su muerte tiene lugar a la sombra de una nueva vida. Él no está realmente muerto si encontramos una manera de recordarlo.

Que triste cuando muere Spock.