martes, 4 de diciembre de 2012

Prva Liga 84/85


Primera jornada de la liga. Sibenka Sibenik-Cibona de Zagreb. Drazen Petrovic regresa a casa, a su antigua cancha, al equipo al que hizo campeón de liga. Bueno, casi. Sibenka 93 Cibona 120. Drazen Petrovic, 55 puntos. No tiene el menor empacho en mofarse de su antigua afición, celebrando cada canasta como si fuera un gol, levantando los brazos, saltando sin parar. Invasión de cancha al terminar el partido y el equipo de Zagreb saliendo por pies para evitar ser linchado. Esa sería la tónica en los partidos fuera de casa del Cibona.

Petrovic encajaba como anillo al dedo en el no-sistema de Novosel. Arropado por su hermano Alexander, que ya cuenta con dos títulos de liga, y un grupo de jugadores imprevisibles y geniales monopolizan toda la temporada. Con Cutura, Knego y Nakic completando el quinteto suman 19 victorias y 3 derrotas. Tras ellos, el Estrella Roja de Ranko Zeravica, que se ha rejuvenecido y la media de edad es un año inferior a la de la temporada pasada. Con Zoran Radovic y Stevan Karadzic subiendo el balón, Zufer Avdija e Ivo Petovic en las alas y Pedrag Bogosaljev de pívot tenían un quinteto capaz de ganar a cualquiera desplegando además un juego espectacular, complementados desde el banquillo por el polivalente Boban Jankovic, el cañonero Slobodan Nikolic y el cerebral Zoran Sretenovic.

El gran objetivo del Cibona era la Copa de Europa. Drazen Petrovic promedia en la liguilla previa (Cibona 7-3, incluyendo victorias contra el Real Madrid, Virtus, Roma, CSKA y Maccabi) 31,81 puntos por partido, celebrados con la habitual fanfarria, especialmente contra el Real Madrid, que hace que la prensa española brillen los adjetivos payaso, provocador, bufón. Cibona parece solo él, un genuino one-man-team. Pero nada más lejos de la realidad.

La final es, precisamente, contra el Real Madrid. La consigna es parar a Petrovic como sea. Y al principio se consigue, pero no sirve para nada. Porque cuando la tela de araña tejida por Lolo Sainz consigue dejar a Petrovic en 10 puntos, los tiros de siete metros de Alexander y Cutura y la efectividad de Knego y Nakic en el rebote ofensivo ponen a los lobos de Tuskanac por delante. Cuando el Madrid trata de cerrar la hemorragia generada por los supuestos secundarios, se acabó. Drazen sube hasta los 36 puntos. Novosel pide un tiempo muerto con todo decidido a falta de veinte segundos. La Cibona de Zagreb se convierte en el segundo equipo yugoslavo -el primero fue el Bosna de Sarajevo- en levantar la Copa de Europa.



Estrella Roja y Cibona repetirían final. El Estrella Roja dejó en el camino, al Buducnost de Pogdorica (un equipazo con Dusko Ivanovic, Zarko Paspalj y el futuro jugador del Pamesa Sasa Radunovic) , Zadar (ya tenía a Stojan Vrankovic) mientras que Cibona arrasó al Borac de Cacak y al Partizan (fue el año del debut de Alexander Djordjevic, además contaban con Danko Cvjeticanin).

Una final dura y tensa. Muy tensa. Cibona gana el primer partido en Zagreb 97 a 88. Los de Belgrado frenan a Petrovic (18 puntos) pero no pueden con el resto, y con Knego(24) y Nakic(19) dominan los tableros y se imponen con comodidad. En Belgrado, con los ultras desatados lanzando toda clase de objetos al banquillo croata, se llega a un final igualado. 90-89. Petrovic fuerza la falta...¡y falla los dos tiros libres! Jankovic no falla en el contraataque y pone el 92-89 a falta de veinte segundos. El balón va a Petrovic para el triple...¡y vuelve a fallar! Que el Estralla Roja fuera capaz de forzar el partido de desempate fue visto como una hazaña.

Aquí no hubo historia. Petrovic apretó el acelerador y con un juego marca de la casa desquició a los de Zeravica, que llegaron al descanso diecinueve puntos por debajo (67-48). La Cibona les había metido 67 puntos en 20 minutos. A pesar de todo, lo intentan y están cerca de conseguirlo, liderados por un Jankovic que juega a un nivel altísimo. Pero el show de los Petrovic les saca de quicio. En cada canasta no escatiman ninguna burla. Alexander sube el balón haciendo un bailecito y Karadzic le da una patada. Viendo que no pueden más, y creyéndose perjudicados por un arbitraje que le consiente todo a los Petrovic, amagan con retirarse. Finalmente no lo hacen y la sangre no llega -más- al río. Cibona gana 119-106 y se proclama campeón de liga.


Quedaba la copa. El rival, Jugoplastika de Split, penúltimo en la liga y salvado del descenso gracias a un triple sobre la bocina de Velimir Perasovic, lo que le permite superar por sólo un punto en basket average al Radnicki y mantener la categoría. Ningún problema. Cibona 104 Jugoplastika 83. Triplete. Y con una chulería que convertían a Slavnic y Kikanovic en ejemplos de fairplay. ¿Hay algún equipo que pueda frenarlos?

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