En el principio fue el verbo y el shuttle iba a ser revolucionario
ya que al ser reutilizable prometía un acceso barato al espacio. Hoy
sabemos que no es así, e incluso a mitad del desarrollo la NASA se dio
cuenta que si no hacían un porrón de vuelos no podría amortizar el
proyecto, y se dio cuenta de otra cosa aún más grave: no había ningún
sitio donde ir, porque su función primaria debería haber sido
transportar tripulación y carga a una estación espacial que no existía:
la skylab ya había palmado, su backup nunca fue lanzada ya que no
había presupuesto ni quedaban cohetes Saturn, y la Freedom no era ni un
boceto todavía -ni nunca sería más que eso-. Así que la NASA tomó la
decisión -hoy sabemos que catastrófica- de sustituir con el shuttle a
todos los cohetes convencionales de USA. Así se creaba una demanda de
misiones y se podía seguir palante.
La NASA post-apolo estaba tan
acosada por problemas presupuestarios como la de hoy, y tuvo que
aceptar muy contra su voluntad el dinero del departamento de defensa.
Hubo que cambiar todo el diseño porque los militares querían utilizar la
base de Vandenberg y alcanzar órbitas polares, así que la forma de las
alas cambió -en el diseño original eran rectas- para permitir las
maniobras hipersónicas en la alta atmósfera y así pudiera aterrizar
tanto en la citada Vandenberg como en Cabo Cañaveral.
Esta
capacidad de maniobra en la alta atmósfera fue la que desencadenó el
programa Buran ¿Por qué? Porque si el transbordador podía elegir donde
aterrizar, también podía virar hacia Moscú y Leningrado y realizar un
ataque nuclear por sorpresa. Por lo tanto llegaron a la conclusión que
el Shuttle era un arma nueva y que la URSS no podía ser menos y tenía que
tener lo mismo.
Así que los soviets se liaron la manta a la cabeza y se liaron a
construir su propio transbordador, no sin la oposición inicial de la
cúpula de ingenieros espaciales, que consideraban que iba a ser una
ruina -acertaron-, y que iba a restar presupuesto a su objetivo
particular, esto es, ir a la luna de una vez por todas. Precisamente lo
único que podía poner en órbita un avión de 100t al despegue era el
cohete lunar que Valentin Glushko estaba desarrollando, una bestia de la
clase Saturn V/N-1 llamada poco románticamente RLA. Como a Glushko lo
del shuttle le importaba tres pepinos no quiso saber nada en un
principio, y ni hablar de renunciar a ir a la luna. Pero el
superministro de defensa Ustinov, que firmaba su nómina, le convenció
con sutiles razones para que aceptara el proyecto.
Ni que decir
tiene que a Glushko no le hizo ni puta gracia, ya que tuvo que cambiar un
proyecto complejísimo por otro más complejo aún y, lo que era peor,
adiós luna. En fin, otra vez será.
Pero lo peor de todo para
Glushko es que en el diseño inicial los motores principales iban a estar
integrados en la lanzadera, lo que dejaba al pobre Valentin sin cohete
ya que no habían rublos para las dos cosas.Así que acudió raudo a ver a
Ustinov, y le convenció de la necesidad de un superlanzador: le habló de
estaciones espaciales militares con armas láser, de enórmes
satélites espías nucleares, de bombarderos orbitales autómaticos (de
propulsión nuclear, por supuesto). Y le indicó que nada esto era ligero,
que ni el Proton ni el Buran podría ponerlo en órbita, y que
necesitaban un lanzador con capacidad para poner en órbita 100t mínimo. A
Ustinov lo de los láser y tal debió molarle, porque ordenó cambiar el
diseño del transbordador y, lo más importante para Gluskho, dio luz
verde y rublos a su nuevo cohete, conocido a partir de ahora como
Energia.
Aquí pueden ver como varió el diseño
Así que al final todos se quedaron contentos: Glushko porque
tendría su cohete que le habría la puerta hacia la luna y los militares
porque tendrían su juguete sin utilidad definida.
El
desarrollo de la nave no fue muy largo para lo que se estila
últimamente -la eternidad- y en 1988 la primera nave, bautizada Buran
-"ventisca"- estaba en la rampa de lanzamiento, exactamente en la rampa
37 del área 110 del cosmódromo de Baikonur, en la misma rampa que entre
1968 y 1974 se había utilizado para lanzar los cohetes lunares N1.
Cuatro lanzamientos, cuatro fracasos. En la misma rampa donde un año
antes había despegado el primer cohete Energia, con la nave Polyus
(¡¡¡un satélite de 80 toneladas!!!), una de esas naves con cámaras,
radares, láseres, lucecitas, que tan dura se la ponía a Ustinov. El
cohete funcionó bien, pero por un error de software los motores de la
Polyus no se encendieron y reentró sobre el pacífico. Un dineral
quemado. Los rusos dijeron que fue un vuelo de prueba suborbital. Ja.
15
de noviembre de 1988, 6 de la mañana hora de Moscú. Los ocho motores
cohete del Energía, cuatro RD-0120 -equivalentes en prestaciones a los
motores principales del Shuttle americano- y cuatro RD-170 -quizás el
motor cohete más potente de la historia, para que se hagan una idea el
cohete Zenit utiliza uno como primera etapa y es capaz de poner en
órbita 14 toneladas- se ponen a quemar oxígeno e hidrógeno los primeros y
oxígeno y queroseno los segundos. Haciendo honor a su nombre, la nave
Buran despega en medio de una fuerte ventisca con rachas de hasta 20
m/s.
Ocho minutos después la nave Buran se separa de Energia y enciende sus
propios motores para alcanzar la órbita prevista. Esta vez es un éxito y
lo consigue. En tierra, como en la canción de mecano, gritos, risas,
llantos y champán. Es un gran logro para todos, especialmente para los
defensores de la aventura lunar, que tras casi 30 años intentándolo ya
tienen un cohete efectivo con el que llegar a nuestro satélite. Y para
los militares, que ven como su juguete funciona.
Para los fans
del viaje lunar lo que pasara a partir de ahora con la nave les traía sin cuidado, pero no para los militares. No sé si he mencionado que la nave
iba sin tripulación, y se controlaba exclusivamente por sus propios
ordenadores, sin intervención del control de tierra. Quedaba probar que
el modo automático funcionaba; es conocido que los soviéticos nunca
confiaron en la habilidad humana para pilotar naves espaciales y
automatizaban el vuelo todo lo posible, recuerden por ejemplo que en la
Vostok 1 los mandos de la nave iban sellados, de tal forma que si se
hubiera perdido el contacto con tierra Gagarin no habría tenido forma de
regresar, ya que no podía pilotar su propia nave.
2 horas, 20
minutos y 7 segundos después del lanzamiento, sobre el pacífico sur, el
ordenador de la nave cambió la orientación de la nave y encendió los
motores. La nave empezó a frenar y en consecuencia a perder altura.
Había empezado la reentrada. El habitual silencio tenso de cada
reentrada se adueñó de toda la sala de control de vuelo cuando se
cortaron las comunicaciones durante el proceso, algo natural debido al
plasma que rodeaba la nave. Un silencio tres veces más largo que una
misión Soyuz, ya que debido a la aeródinamica de la nave la maniobra de
reentrada era más suave y lenta. Cuando se retomaron las comunicaciones
el silencio dejó paso al pánico al comprobar que el ordenador de la nave
había adoptado una ruta de aproximación distinta a la prevista. Algo
había fallado y no podían hacer nada más que mirar como su nave se
perdía. No quedaba otra opción que activar el mecanismo de
autodestrucción. Esperen, en las lecturas hay fuerte viento cruzado, es
posible que el ordenador haya reaccionado a esto. Compruebe la ruta.
Esperen. Esperen. Esperen. Hacia Yubileyniy, como previsto. Ufff.
Efectivamente,
el ordenador había reaccionado a las malas condiciones meteorológicas
buscando otra ruta para llegar a su destino. Otro éxito de
funcionamiento ante una prueba imprevista. Todo iba muy bien.
Exactamente un segundo antes de lo previsto, Buran aterrizó en la pista
de Yubileyniy sin ninguna intervención humana. Durante todo el vuelo, la
única vez que los humanos intervinieron fue para ordenar el
despegue...y para intentar y a la vez evitar la autodestrucción de la
nave.
Fue un gran éxito tecnológico para los soviéticos.
Y fue el único vuelo. Jamás una nave Buran volvería a volar. La nueva
Rusia heredó el sistema y se preguntó ¿para que sirve? ¿Para llevar
carga y tripulación a la Mir? Buran tiene una masa de 100t y Mir, en
1991/92, con los módulos Kvant, Kvant-2 y Kristall, unas 70t. Vale más
el cascabel que el gato. Eso ya lo podemos hacer con la combinación
Soyuz/Progress a un coste efectivo y con total seguridad. Cada vuelo de
Buran cuesta más que la carga que tiene que llevar. Necesita más vuelos
de prueba. Necesita una prueba de cita espacial. Caro. Carísimo. No
podemos asumirlo.
¿Y la Mir 2? No habrá Mir 2. No podemos
construir una estación espacial con módulos de 100t porque esto es la
rusia de Yeltsin y todo el dinero se lo han llevado los oligarcas.
Acéptalo, nuestro transbordador no tiene donde transbordar. No nos
sirve. Fuera. Cancelado. A los museos. La vida.
¿Y la luna? No habrá misión tripulada a la luna ¿No has oído lo que acabo de decir? Yeltsin, oligarcas.
¿Y
el Energia? Se acabó. No volará más. Pero podemos rentabilizarlo
vendiendolo a trozos. A los americanos les hemos vendido una versión
capada del RD-170, con dos cámaras de combustión en vez de cuatro, y han
flipado. Capado y todo es mejor que el mejor de sus motores que pueden
meter en un cohete. Sí, que mierda de motores tienen. Pensar que
llegaron a la luna y nosotros no. Dan ganas de tirarse al Volga.
Me encanto este :) informativo y entretenido
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